La responsabilidad es un valor que muchos olvidamos, en la situación en la que nos encontramos hoy en día. El ser humano debe reflexionar sobre su papel en la sociedad.
Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos son elementos esenciales de la democracia. La cual nos proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos. Esos valores fueron incorporados a la Declaración Universal de Derechos Humanos y luego perfeccionados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que consagra una gran cantidad de derechos políticos y libertades civiles, pero también deberes sociales.
Desde hace tiempo, la humanidad se encuentra aquejada por miedos y ansiedad, debido a un futuro que se vislumbra incierto y turbulento. La utopía del bienestar y felicidad por el avance tecnológico cada día está más en duda. Los modelos de convivencia son frágiles, además de afrontar sistemas políticos no muy confiables para encarar los desafíos de esta era.
Hoy ante la pandemia que aqueja al mundo, los ciudadanos tenemos una gran responsabilidad como individuos. Y para proteger nuestro derecho colectivo a la salud, debemos equilibrar nuestros derechos individuales con las responsabilidades colectivas.
Un problema con el concepto de “responsabilidad” es que la gente a menudo lo asocia con el significado legal común centrado en ¿quién es culpable? A esto se le ha llamado responsabilidad retrospectiva. Sin embargo, la responsabilidad política de los gobiernos debe ser prospectiva, y la diferencia es que éste tipo de responsabilidad no pregunta ¿quién tiene la culpa?”, sino ¿qué debemos hacer?” La responsabilidad prospectiva es necesaria para abordar la pandemia, pensar en qué debemos hacer en el mundo no solo ahora sino después de la pandemia.
La responsabilidad en esta pandemia no es exclusiva de la actuación de los gobiernos en sus distintos niveles, debemos participar activamente toda la sociedad civil, los medios de comunicación, las organizaciones sin fines de lucro, las universidades, los centros de investigación, entre otros.
¿Cuál es tu responsabilidad ante el COVID-19?
A nivel individual, nuestras responsabilidades frente a la crisis de la COVID-19 incluyen acciones como guardar la sana distancia, usar cubrebocas correctamente, lavarnos las manos frecuentemente, usar alcohol gel, cubrirnos la boca y la nariz al toser o estornudar, quedarnos en casa si es posible, limpiar las superficies y los objetos de uso común con regularidad, no promover reuniones con muchas personas y evitar asistir a lugares muy concurridos. El coronavirus nos está enfrentando a un cambio de paradigma y en términos éticos ya no es suficiente apegarse a los deberes, como tampoco es suficiente apegarse sólo al análisis de las consecuencias de las acciones, hoy debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos. Si yo me cuido, te cuido.
Me gustaría terminar citando a Emmanuel Kant (1724-1804) en su obra “¿Qué es la Ilustración?” en la que aborda la importancia de asumirnos como seres mayores de edad, la capacidad de apoyarnos en nuestro propio entendimiento para tomar decisiones. “la minoría de edad significa la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la guía del otro”.
Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía del otro. ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! Con estas palabras Kant nos exige ser partícipes activos de la resolución de problemas que nos asisten a todos. En este caso, la pandemia no es un asunto mediático ni político, es un problema que nos está afectando a todos y tenemos la responsabilidad.
Autor: Dr. Enrique Negrete