La mayoría de las personas que han padecido COVID 19 experimentan secuelas luego de haber superado la enfermedad. Las más frecuentes las pulmonares, neurológicas, musculares y mentales. La severidad de dichas secuelas dependerá de la gravedad con la que haya cursado el virus en su organismo; siendo los pacientes que requirieron atención prolongada en la unidad de cuidados intensivos (UCI), los más afectados.
La mayoría de las personas que resultan positivos a Covid-19 cursan con síntomas leves o son asintomáticos y se recuperan con facilidad. Sin embargo, hay casos en los que se presentan síntomas graves y requieren de ser hospitalizados y recibir tratamientos especializados, inclusive en la UCI.
Secuelas en pacientes con Covid 19 en UCI
Las secuelas pulmonares son las más frecuentes y suceden porque el tejido se daña, produciendo cicatrices. Esto provoca que se vuelva grueso y duro, dificultando la llegada del oxígeno a los vasos sanguíneos, lo cual afecta la respiración. La fibrosis pulmonar que deja la neumonía post covid es la secuela más común, y puede requerir de tratamiento médico y terapia respiratoria prolongada.
La inflamación provocada por el virus en todo el cuerpo, genera que llegue menos flujo sanguíneo al cerebro, provocando delirio o síndrome confusional agudo.
- Un 30 a 40% de los pacientes que recibieron atención en la UCI presentan problemas cognitivos.
- Uno de cada tres pacientes (32,2%) desarrolló trastorno por estrés postraumático (TEPT).
- Un 14,9% presentó trastorno depresivo y un porcentaje similar (14,8%), trastornos de ansiedad.
Durante los primeros diez días de ingreso en una UCI, los pacientes pierden aproximadamente un 20% de su masa muscular. Lo cual genera una debilidad de larga duración hasta el punto de que «la mayoría de los pacientes tendrán dificultades para llevar a cabo actividades normales un año después de haber pasado por la UCI».
Durante la fase aguda de la infección, la cuarta parte de los pacientes presenta confusión o delirio. Mientras que un porcentaje similar que ha superado la enfermedad desarrolla ansiedad, depresión y/o fobias, entre otros problemas mentales detectados. Como secuelas se encuentran problemas atención y concentración.
Por su puesto que lo mejor es no enfermarnos, pero el coronavirus ya vive entre nosotros y por lo tanto, la prevención es lo más importante. Afortunadamente ya se cuenta con las vacunas, pero el proceso de su aplicación es largo, por lo que debemos entender como obligatorio y de responsabilidad moral, la protección personal para nuestro cuidado y el de los demás. A través del uso correcto del cubrebocas, el lavado de manos y uso frecuente de gel, evitar las aglomeraciones, ventilar los espacios cerrados y mantener la sana distancia.
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